Bienvenido al Blog del Movimiento Nacional Revolucionario

El M.N.R. tiene como objetivo refundar al Estado para constituir la Segunda República Argentina y así conquistar una Patria socialmente Justa, económicamente Libre y políticamente Soberana.

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sábado, 20 de agosto de 2011

miércoles, 27 de julio de 2011

Por qué somos Revolucionarios.

Por empezar, es de fundamental importancia conocer el sentido correcto del significado de las palabras.

Esto no es algo menor, ya que es el lenguaje el vehículo que permite al hombre desarrollar su intelecto mediante el aprendizaje, el estudio y el método.

Si el hombre fuese incapaz de designar a las cosas en un sentido claro y determinado, le sería imposible ordenar su pensamiento y, por ende, su cerebro no sería más que un órgano prácticamente inútil dentro de su cráneo.

De hecho, la inteligencia y el lenguaje van de la mano, lo que la leña es al fuego son el uno para el otro.

Es por esto que cuando más rica es una Cultura tanto más rico es su lenguaje; y nuestro lenguaje tiene su origen en las dos más importantes Culturas de la antigüedad, a saber: las de Grecia y Roma.

Pues bien; la palabra “Revolución”, totalmente ajena al erróneo significado que el analfabetismo ideológico que liberales, marxistas y reaccionarios pretenden darle, proviene del latín “revolutĭo, -ōnis” que significa re-volver, y esto es: no en el sentido de una ida hacia atrás, sino como consumación de un ciclo; es decir: es un avance y no un retroceso.

Esto resulta incomprensible para la estrechez mental del idealismo filosófico y abstracto que padecen liberales, marxistas y reaccionarios, ya que todos ellos conciben la historia de forma lineal hacia un idílico fin, sea este mundano (“progreso”) o religioso (“redención”).

Sin embargo, no pensaban así los antiguos, quienes son justamente los padres de esta palabra; ya que ellos, lejos de concebir la historia de forma lineal, con mucho más criterio la concebían de manera cíclica, donde son dos Cosmovisiones las que se alternan como resultado del desarrollo histórico de Culturas y Civilizaciones, las cuales son: la Cosmovisión Natural Comunitaria y la decadente Cosmovisión antinatural individualista.

Es por esto que la palabra Revolución nace con el fin de designar el proceso de renacimiento o re-vuelta al Orden Natural alterado por la subversión del accionar del hombre en su declive; y es esto lo que lleva a decir al Profesor Jaime María de Mahieu: “lejos de ser causa de perturbación, el proceso revolucionario marca el final de una crisis que resuelve” y, también, “gracias a la Revolución la Comunidad reencuentra su armonía y su fidelidad a sí misma mediante una aceptación repentina de su ser hasta entonces mal conocido” (ver su “Diccionario de Ciencia Política”)

Otro error recurrente es considerar a la Revolución como un proceso necesariamente violento; esto no es siempre así, de hecho, toda Revolución verdadera se da por necesidad histórica, y su transcurso comienza mucho antes del momento definitorio de quiebre que la Revolución marca. Lo que sucede es que se ha mal llamado “revolución” a movimientos que nada tenían de auténticamente revolucionarios; este es el caso de las mal llamadas “revolución” francesa y “revolución” de octubre; ninguna de las dos fueron autenticas revoluciones sino asaltos violentos al Estado, dirigidos por grupos minoritarios que apuntaron a hacerse del poder para propio beneficio; en el caso francés dicho asalto respondió a los intereses de la burguesía en tanto el caso ruso respondió a los intereses de la dirigencia de un partido que ocuparía luego en la URSS el mismo lugar que la burguesía ocupó en Francia tras 1789; ambos invocaron al pueblo cuando en realidad actuaban por el interés sectario de grupos que devendrían oligárquicos mediante el terror y la muerte.

La verdadera Revolución radica en la restitución del Estado en su función Natural Comunitaria. Es decir, un Estado que sea la viva manifestación activa del Pueblo mediante la Comunidad Organizada, la cual se da por la unidad de la Nación mediante la unión de los estamentos que la componen. Es esta la única forma de Democracia real, ya que si Democracia significa “gobierno del Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo” no puede darse de otra manera que no sea por la participación política directa de los ciudadanos desde la actividad productiva que desarrollan en la Comunidad, mediante la elección de los mejores entre sus pares en un natural orden jerárquico basado en el mérito. Para esto es necesario recuperar los valores culturales y morales que como tales corresponden a la naturaleza verdadera del hombre, y que hoy han sido fuertemente diezmados por la contracultura progre que con métodos gramscianos allana el terreno al más salvaje dominio burgués capitalista mediante la idiotización masiva que reduce al hombre a la estulticia y la esclavitud.

Recuperar los valores eternos que son inmanentes al Orden Natural de las cosas, es una guerra que nosotros estamos librando, y dicha guerra es auténticamente revolucionaria; pero es una guerra cultural, que no se gana con violencia, ya que no es imponiendo ni obligando que se ganan los corazones del Pueblo, sino esclareciéndolo y haciéndolo tomar consciencia de su propio potencial. El despertar del Pueblo realizará por si mismo la Revolución, ya que nuestra arma es la verdad de los hechos en tanto la del enemigo es la mentira y el engaño… por eso estamos destinados a la victoria.

Esto no significa que seamos pacifistas ni andemos por la vida poniendo la otra mejilla.

Pero no somos ingenuos ni comemos vidrio, muchos de nosotros venimos de años de militancia y conocemos muy bien los juegos sucios del enemigo; ningún nacionalista verdadero debe fiarse de ignotos que aparecen de la nada y vienen a hablarnos de violencia, deben saber los camaradas que dichos personajes responden a los intereses del sistema… o porque son agentes o porque son peligrosamente tontos.

No hay Revolución verdadera que no salga del Pueblo y por voluntad del Pueblo… es el Pueblo la Nación, y ningún nacionalista verdadero puede separar uno de otro… tampoco ninguna Revolución es verdadera si no está enmarcada en el tercerposicionismo, nuestra lucha es contra el sistema, y en ese sistema es que entran las izquierdas y las derechas, instrumentos decimonónicos del Estado liberal burgués.

Por otra parte, los que utilizan el termino “contrarrevolucionario” para definir su postura no hacen mas que el juego a los falsos conceptos del sistema, además se posicionan solos en un lugar de supina necedad, en todo afín al reconstruccionismo social e historiográfico de los enemigos del Orden Natural… todo “contra” es alguien que no tiene nada que proponer, es la pura negación, y la negación no construye nada, solo destruye (en esto análogos al marxismo). Con solo escucharlos basta para caer en la cuenta de hasta qué punto el ser humano puede caer reducido en el onanismo mental… discúlpeme el lector, pero no puedo definir de otra manera a quienes pretenden retrotraer la historia a la “querella de las investiduras”, de mil años atrás, al anteponer la bandera vaticana a la bandera argentina… de hecho, este aberrante orden de prioridades contradice las palabras de Cristo, quien claramente afirmó “mi Reino no es de este mundo” y “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

En fin de cuentas, históricamente los reaccionarios nunca han servido de nada salvo en ser funcionales al enemigo que irónicamente creen (o dicen) combatir… además son hipócritas, se llenan la boca con el nombre de Cristo y en nada responden a los mandamientos del Nazareno. Son los fariseos que Jesús condenaba, esos farsantes que haciendo gala de una sobreactuada observancia religiosa en los hechos no aplicaban ninguna de las leyes de Dios. Son los mismos que hablan de los pobres y fruncen la nariz cuando tienen un pobre cerca de sí. Los que hablan de Corporativismo y Doctrina Social de la Iglesia pero hacen golpes sangrientos contra el Pueblo cuando dicha Doctrina se aplica. Son los recluidos en covachas donde la injustificada arrogancia ahoga la humildad cristiana. Son los que contrarían el mandamiento bíblico que dice “ganaras el pan con el sudor de tu frente” al defender los intereses de las oligarquías que viven del sudor de las frentes de los explotados o de rentas que producen sus infamantes latifundios. Son los que bombardearon al Pueblo en Plaza de Mayo, matando niños humildes, vestidos de guardapolvo, y mujeres y hombres que iban a trabajar. Son los que prefieren se tire migajas a los que nada tienen mediante la humillante limosna, a que se los dignifique en el trabajo y la inclusión en políticas de Estado, lo cual es verdadera Justicia Social. Son los que festejaron el cáncer, los que entregaron la Patria, los descerebrados que se dejaban acicatear por el mismísimo Churchill, masón y ferviente enemigo del catolicismo, cuando con diabólico cinismo acusó a Perón de quemar la Bandera argentina y las Iglesias, siendo la realidad que era la masonería local la que realizaba dichas aberraciones.


Por todo esto, nosotros, militantes y activistas del M.N.R.:

Somos Revolucionarios porque luchamos por una Nueva Argentina, socialmente Justa, económicamente Libre, políticamente Soberana.

Somos Revolucionarios porque luchamos por el Estado Comunitario y la Comunidad Organizada.

Somos Revolucionarios porque interpretamos la lucha de este tiempo, que no es otra que la inclusión de las masas populares al Estado.

Somos Revolucionarios porque acabaremos con el régimen oligárquico que parasita al Pueblo.

Somos Revolucionarios porque nacionalizaremos y socializaremos la banca y la emisión crediticia.

Nuestra Revolución no es clasista, nuestra Revolución no divide, ¡nuestra Revolución une!.

Nuestra Revolución ambiciona que sea la riqueza el fruto del trabajo, y no de la especulación, ni de la renta improductiva, ni de la explotación del trabajo de otros en cualquiera de sus formas.

Nuestra Revolución garantizará la salud y la educación a todos sus habitantes.

Nuestra Revolución garantizará los derechos de las minorías, pero bajo ningún punto permitirá que haya minorías privilegiadas por sobre el resto de la Comunidad Nacional.

Nuestra Revolución tiene como base y objeto el trabajo, sea este manual, técnico o intelectual, en todas sus manifestaciones.

Nuestra Revolución garantizará el derecho al trabajo digno y bien remunerado.

Nuestra Revolución hará realidad la máxima que afirma que “todo ciudadano debe producir por lo menos lo que consume”, el trabajo además de un derecho garantizado será también un deber que todo ciudadano sin impedimentos deberá cumplir para el engrandecimiento de la Nación.

Nuestra Revolución garantizará la propiedad del fruto del trabajo y el ahorro personal.

Nuestra Revolución garantizará que todo argentino pueda acceder a la propiedad de una vivienda digna y espaciosa.

Nuestra Revolución apuntará a la sana constitución del Pueblo, tanto en lo físico, lo moral y lo espiritual.

Nuestra Revolución no reconocerá otros privilegios que los concedidos a la niñez.

Nuestra Revolución garantizará una justa retribución a los jubilados y dará amparo a los ancianos.

Nuestra Revolución apunta a la sana convivencia entre los intereses individuales y los intereses de la Comunidad, enmarcada en la máxima que afirma: “nadie se realiza en una Comunidad que no se realiza”.

Nuestra Revolución no permitirá que nada haya por sobre el Estado, el cual contendrá a todos los habitantes de la Nación y velará por sus intereses.

Nuestra Revolución desarrollará el país en todos sus ámbitos, poniéndola entre las naciones de vanguardia en industria, tecnología y producción en general.

Nuestra Revolución apunta a expandir al máximo la clase media, a eliminar la pobreza y la marginalidad.

Nuestra Revolución recuperará la Cultura y garantizará la seguridad y el orden.

Nuestra Revolución hará especial hincapié en la preservación del medio ambiente y el ecosistema natural.

Nuestra Revolución hará de Argentina una Potencia, hará que la Patria se levante altiva y orgullosa, transformará al país en un faro para el continente y el mundo.

¡Por todo esto somos revolucionarios!


¡VIVA LA NUEVA ARGENTINA!

¡VIVA EL NACIONALISMO REVOLUCIONARIO!


Bruno Capasso – Movimiento Nacional Revolucionario






domingo, 1 de mayo de 2011

miércoles, 27 de abril de 2011

Cultura y Civilización.

“Cosmovisión” significa “forma de ver (entender) el Universo”; es mucho más que una ideología.
Porque la Cosmovisión es algo que todo lo abarca, y la ideología es tan solo uno de sus contenidos.
El verdadero saber radica en el descubrimiento y conocimiento de lo esencial de las cosas, esto es: en la capacidad de síntesis.
No se puede construir de manera perdurable sobre basamentos endebles, y en los basamentos fuertes rigen las reglas de la Naturaleza, no de la imaginación… es “ingeniería”, no “decoración”.
Solo puede entenderse el “por qué” de las consecuencias comprendiendo las causas de dichas consecuencias, yendo al origen primigenio.
Y si vamos a las causas en lo que a la naturaleza del hombre y la historia se refiere, veremos que son solamente dos las Cosmovisiones que se enfrentan en eterna lucha; y que de estas dos, como todo en el Universo, una representa un principio afirmativo y creador, en tanto la otra representa un principio negativo y destructor.
Ambas Cosmovisiones se alternan la preeminencia en la historia, porque la historia es cíclica, no lineal.
Esto bien lo explicó Oswald Spengler, en su estudio de las civilizaciones.
Las civilizaciones no son algo pétreo, sin vida, sino organismos vivientes, que como tales atraviesan los estadios de todos los organismos, a saber: nacimiento, desarrollo y muerte.
Spengler, para llegar a sus conclusiones (las cuales, bueno es decirlo, pueden comprobarse ciertas yendo tanto hacia atrás como hacia adelante desde que escribió su obra) se valió del estudio empírico de la historia… todos los ciclos de auge y decadencia de las Civilizaciones son análogos entre sí, hasta en sus mas mínimos detalles.
Todo lo que hoy vivimos ya sucedió en el pasado. Y esto es producto de la lucha de esas dos Cosmovisiones de las que hablo más arriba.
¿Cuáles son?
La Cosmovisión natural, Comunitaria, por un lado; y la Cosmovisión antinatural, individualista, por el otro.
¿Como es que se alternan en el poder y debido a qué una prevalece sobre otra?
La Cosmovisión Natural prevalece en la juventud de las civilizaciones, que para ser mas exacto no son todavia propiamente civilizaciones, sino Culturas.Porque Civilización y Cultura no son lo mismo.
La Cosmovisión antinatural prevalece en la vejez de esas Civilizaciones, y se agravan cada vez más cuanto mas cerca están de perecer.La Civilización es el estadio último de la Cultura triunfante, que justamente al hacerse Civilización llega a su cenit para dar comienzo a su decadencia. Visto así, la Civilización es el trayecto que va del cenit de la Cultura hacia abajo; la Civilización es un descenso, en tanto la Cultura es un ascenso.
Las Culturas son Naciones, las Civilizaciones son Imperios.
La Cultura es afirmación de lo propio, la Civilización es negación de lo ajeno.
En los estadios Culturales rigen las reglas naturales, que son las que ponen en forma al hombre; son Pueblos (es decir: Naciones) en lucha; Pueblos que en su afirmación de tales combaten, se desarrollan, crecen.
Cuando dichos Pueblos han vencido ya a todos sus oponentes, es que devienen en civilizaciones.
Para que se entienda trazaré algunas analogías:
La Cultura griega en su máximo esplendor es Homero, no el helenismo. Cultura griega son las polis, no el imperio alejandrino.
La Cultura romana esta en Cincinato, no en la que deviene tras Octavio.Y tras la caída de Roma, con el nacimiento de lo que conocemos por Occidente (al cual pertenecemos), es su Cultura la Edad Media (goticismo), en tanto su Civilización nace a partir del siglo XV de la mano de la conquista de America por la corona española y de la invención de la banca moderna por parte los judíos florentinos, venecianos, pisanos, etc…. esta doble revolución marítima y financiera es la que da nacimiento a la burguesía moderna.
Como dije, en lo esencial la historia se repite, esto no debe entenderse como que se repiten también en lo superficial o, mejor dicho: aparente, de forma.
Muchas mas analogías pueden trazarse, de hecho, absolutamente todas las historias de las Civilizaciones son análogas entre sí: la babilonia, la persa, la china, la mesoamericana, etc. Si no me extiendo es tan solo para no extender también este escrito.
Las únicas diferencias radican en las herramientas, en los medios, lo cual redunda en sus alcances… pero todas son esencialmente análogas en su desarrollo y percepción.
Así, el Imperio romano se ampliaba por sobre la totalidad del mundo por ellos conocido, sea por la ocupación directa o por la influencia de su luz. Del mismo modo, antes, el imperio helénico (aunque haya estudiosos que no lo definan de este modo, es lo que fue: un Imperio) se extendía hacia el este, sobre Asia y hacia el sur, sobre el norte de África. Del mismo modo la Civilización Occidental (Imperio Occidental) hoy se extiende al mundo entero.
En estos análogos ciclos de “pax” imperial, es en las metrópolis donde el hombre decae y degenera, la innecesidad de la lucha entendida con mayúsculas, esto es, la innecesidad de la lucha del Pueblo, del conjunto, de la Comunidad, lleva al hombre a relegarse en si mismo, a la búsqueda ya del goce mas no de la conquista, al hambre de riqueza personal, al egoísmo, al individualismo, a la negación de todos aquellos principios que lo llevaron a la preeminencia.
Y todas estas civilizaciones fueron conscientes de ello… si estudiamos sus vestigios, sus escritos de época, veremos que en todas ellas había quienes se lamentaban, retratando la debacle, renegando de ella con fatalismo, porque ya no tenían opción, porque ya no había vuelta atrás.
Hoy se sabe fehacientemente que el aborto, el infanticidio, la autoestupidización por medio de narcóticos, la lujuria homosexual, las modas, el consumismo, el cosmopolitismo, el apoliticismo, el esnobismo, el nihilismo, la ciudades gigantescas y superpobladas, el abandono de lo rural, etc., no es exclusividad de nuestra Era, sino que existió también en todas las etapas de decadencia de las civilizaciones que nos anteceden.
"Latifundia perdida Roma", se lamentaban los romanos, pero eran sus corazones los que ya estaban perdidos; hubo un sinfín de leyes que promovían la repoblación de los campos, pero ya nadie iba a ellos porque el romano estaba en decadencia, y el pan y el circo, la moda, la “felicidad”, estaban en la ciudad eterna y no en los campos, donde la vida es ruda.
Las “matronas” (titulo nobiliario de las patricias romanas) ya no tenían hijos, abortaban mediante el uso de hierbas y venenos, y se dedicaban a las fiestas, las orgías, las comilonas, las ropas, los perfumes; los hombres, por su parte, se volvieron afeminados, utilizaban pelucas rubias para parecerse a los bárbaros germanos y celtas, tan atractivos para sus nuevas tendencias homosexuales, se cargaban ya no con el hierro de sus armas sino con el oro de sus joyas, pasaban sus días en los baños termales y hacían gala de aberraciones de todo tipo, incluida la pedofilia.
Los pobres, por su parte, gozaban de su “Estado de bienestar”, no precisaban trabajar, el Estado les proveía de pan y circo (literalmente) que era para ellos todo lo que necesitaban.
Las analogías son totales con nuestro tiempo, que es el de la caída de Occidente.
El hombre occidental (y con él, el hombre mundial… porque decir occidente hoy es decir el mundo) siente que todo comienza y se acaba en si mismo, su vida gira alrededor de su ombligo... “¿Para qué tener hijos? Un hijo es una carga” “¿Que sentido tiene dar la vida por la Patria? ¿Qué es la Patria? Mi Patria soy yo”, así piensa y siente el decadente.
Ya no iba el romano de la decadencia a prestar servicio en las legiones, sino que Roma se valía de mercenarios, del mismo modo que hoy el “Army” norteamericano nutre su infantería con voluntarios latinoamericanos a cambio de la “green card”… el “US Army” hoy hace igual que las Legiones de la caída de Roma.
Roma cayó en una “fiesta”, del mismo modo que USA lo hace hoy.
Nunca se dieron cuenta los romanos que todo se derrumbaba, si bien había (como dije) quienes se percataban de su caída moral, ninguno de ellos pensó jamás que Roma como tal, geopolíticamente hablando, iba a dejar de existir… los romanos, como los yankis, seguían en la suya y se enteraban de lejos de las guerras, esas microguerras en la lejanía… sus fuerzas poniendo orden en lugares super-lejanos del centro, se enteraban por correos del mismo modo que hoy el ciudadano de occidente se entera por la tele de las guerras del Imperio… estaban tranquilos, el mundo era una fiesta (como nos dicen hoy), eran los amos del mundo… y un día Roma cayó.
Así sucederá con la Civilización a la que pertenecemos.
Pero esto no debe ser tomado a mal, porque será regenerador.
No es traición a Occidente festejar esto, ni es que dejaremos (no necesariamente) de ser lo que somos en cuanto a herencia se refiere.
A la globalización imperial y el individualismo universalista burgués seguirá el tiempo de las Naciones, de la Comunidad, del Orden Natural de las cosas… esto regenerará al hombre, hará mas justo al mundo por el simple hecho de estar en concordancia con la Naturaleza.
El hombre es feliz cuando afirma la vida, y es en el estadio cultural que la vida se afirma, y no en el estadio civilizado, que la niega.
El hombre es feliz cuando lucha: el hombre mediante el rudo trabajo, y la mujer en el doloroso parto… traen vida, afirman, crean, construyen, elevan.
El hombre es feliz cuando es persona, y no cuando es individuo… la palabra “persona” viene del griego y significa “representar un papel”, individuo por su parte significa “indiviso” o, lo que es igual: “uno”, es decir: un número… y el hombre no es feliz siendo un número, sino siendo alguien, esto es: siendo un participe necesario de la Comunidad, una persona, alguien útil.
No hay arte en la civilización, todo es copia y fabricación en serie; en los finales estadios “civilizados” ya no se crea, sino que se destruye (ver si no el denominado “arte” moderno); en los estadios culturales, en cambio, el arte es verídico, el arte existe.
No hay justicia en la civilización, sino explotación del hombre por el hombre; en los estadios culturales rige la Economía Comunitaria (no confundir con “comunismo”), esto es empírico también: todas las Culturas que precedieron a la Civilizaciones condenaron la usura, el vivir sin trabajar. Es una condena que esta presente hasta en la Biblia.
Todos los valores que elevan al hombre se hacen presente en los estadios culturales: el heroísmo, el altruismo, el trabajo, la justicia.
Es el hombre que retorna a su Naturaleza.
No olvidemos nunca que el basamento de la burguesía para reinar es un basamento falaz, que mediante plumíferos a sueldo busca rediseñar la naturaleza, incluyendo obviamente la del hombre, creando así un hombre abstracto, que no es tal en los hechos, pero que justifique así la ausencia de un Estado organizador, que justifique así la destrucción de los lazos comunitarios, que santifique así la anarquía que precisa el burgués para prevalecer.
El hombre no nace bueno, por eso precisa de la moral, de la religión, de las leyes, del orden… esto hace necesario al Estado… y como había que destruir al Estado, es que la alta burguesía apátrida y masónica se valió de un Rousseau para decir que todos los hombres nacen “buenos, libres e iguales”; es decir: tres flagrantes mentiras, porque no todos los hombres nacen buenos (los hay que si, de hecho considero que la mayoría, mas no todos) sino inocentes, nadie nace libre y por suerte tampoco nadie nace igual a otro.
La Civilización occidental esta en sus últimos momentos… siguiendo con las analogías diré que incluso pasó ya su “pax romana”, porque su “pax romana” la tuvo durante la guerra fría… para entender esto tengamos en cuenta que el marxismo es un producto de la decadencia civilizatoria occidental… por eso, Occidente hoy debe verse en un momento similar al de los visigodos y vándalos.
Y cuando estos entraron finalmente Roma, no ocuparon la ciudad, no entraron en sus edificios para vivir allí, sino que armaron sus campamentos alrededor de ellas, no porque fueran tontos, sino porque sentían distinto, pertenecían a otra era, su Cosmovisión era otra… fue así que dió inicio la Edad Media, que escritores de esta época llaman “oscura”, lo cual es lógico según su perspectiva.
Ahora bien, los “bárbaros”, hoy, ¿quienes son?
Según Huntington el mundo musulman… pero es un error, porque “bárbaro” para una Civilización solo puede ser la Cultura; y el Islam es también Civilización y ninguna Civilizacion es fagocitada por otra; las civilizaciones caen por sí mismas ante estadios que por fuerza orgánica las suplantan.
La Civilización Occidental o, para ponerlo claro, el Imperio anglonorteamericano, no caerá frente al Islam, sino frente al resurgimiento de las Naciones...
Será esa la regeneración de Occidente y de todos sus brillos… y con él, la del mundo entero.


¡QUE VIVAN LAS NACIONES Y SUS CULTURAS!

Bruno Capasso - MNR

martes, 5 de abril de 2011

lunes, 4 de abril de 2011

Apertura acto 2 abril 2011

martes, 29 de marzo de 2011